ESOS LOCOS BAJITOS

No tengo niños...lo cierto es que no sé si los voy a tener, así que mientras, y bajo esta incertidumbre, adopté a unos pequeñajos que merodean por Burón y que piden mostos y patatas fritas todo el rato. Al final, aunque no os lo vais a creer...se les coge cariño, y ya sabeis de mi extrema sensibilidad...jejeje.

Así, me descubro cada verano y ocasión que tengo, cayéndoseme la baba porque me dan besos, se tiran al cuello (esto ya es el delirio) o me llaman simplemente por mi nombre. Atónita, me veo haciendo la ola y gritando como si me fuera la vida en ello, cuando uno de estos personajillos empieza a andar en bicicleta sin rueditas y pasa a ser una "persona mayor".

Me escondo de los adultos para poder comprar chuches y miento lo que haga falta si el delito es grave. Mi visión se amplia hasta límites insospechados y se me activa un radar, en principio sólo apto para padres con experiencia, por el que por el rabillo del ojo soy capaz de ver si viene un coche, si se van a caer, si a alguno le pasa algo...todo esto mientras me tomo un vino, me fumo un cigarrito y charlo con toda la tranquilidad que te da el hecho de no tener niños.

Los Reyes Magos me gustan mucho más desde que les veo recibir regalos y pocas veces me rio tanto como cuando sueltan alguna de las suyas...

Todos estos son mis locos bajitos, aquí os los presento. Incluyo una canción de Serrat muy ad hoc para la ocasión que os cantaré la próxima vez que nos veamos acompañada de mi Ara y su violín...ayyyy...que se me va!!! que se me vuelve a ir!!! que esto era un post para los niños!!!

Mil besos a todos, en especial a ellos!

A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción; esos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Niño, deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, nuestros rencores y nuestro porvenir. Por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentos para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación. Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción.
Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós.

Je je , Yo todavía soy de los masomenos 1!!

Me llamo Aitana y soy lo último que ha llegado de "locos bajitos". Anda Nu pídeme un mostito!